20 septiembre 2025

CITAS PARA REFLEXIONAR

 

“No sé con qué armas se librará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.

 



Albert Einstein: 1879 Alemania -- 1955 Princeton EEUU; en 1905 desarrolló la Teoría de la Relatividad y en 1910 la correspondiente a la Cuarta Dimensión.

En 1921 le otorgaron el Premio Nobel de Física por el estudio y conclusiones del  Efecto Fotoeléctrico.

En 1923 invitado por Ortega y Gasset y Ramón y Cajal vino a España donde el Rey Alfonso XIII lo nombró miembro de la Real Academia de Ciencias.

En 1939 trabajaba con Heisemberg (Mecánica Cuántica) en el Proyecto Atómico, pero temiendo por su vida (era de ascendencia judía) y por otra parte para que los nazis no  dispusiesen de este Proyecto se exilió a EEUU entregándoselo a Roosvelt.  Seis años más tarde fueron destruidas Hiroshima y Nagasaki. 


UN POEMA PARA EL SÁBADO: VLADIMÍR HOLAN

 

Cuando llueve en domingo y tú estás solo…

Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tú estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.

El libro sostenido, el poema al caer…

 

 

Vladimír Holan nació en Praga, el 16 de septiembre de 1905.

Fue miembro de una generación de brillantes y comprometidos poetas, que se podría comparar con la que fue en España la Generación del 27.

En 1948 las autoridades comunistas declararon su obra como decadente. Como reacción ante esta miopía agresiva del Estado, se encierra en su casa de la isla de Kampa, para no volver a salir sino en contadas ocasiones. 

Algunas de sus obras son :Sin título (1939-1942), Avanzando (1943-1948), Dolor (1949-1957), Una noche con Hamlet (1949-1956,1962), Historias(1948-1955), Toscana (1958-1963), En el último trance (1961-1965) y Un gallo para Esculapio (1966-1967).

Durante años, Holan estuvo condenado al silencio y sólo a partir de 1963 se le permitió la publicación de sus obras. Desde entonces llegan los reconocimientos oficiales: “el Gran Premio del Estado Checoslovaco”, el “Premio de la Unión de Escritores” y el “Título de Artista Nacional”. En 1966, se le otorgó el “Premio Etna-Taormina”, en Italia. Rompió su silencio, publicó sus libros, pero nunca quiso salir de su casa para recibir estos premios.

En 1982, tras su muerte acaecida en 1980, se publica su libro Abismo de abismo, que reúne algo más de cuatrocientos poemas.

Está considerado como el más grande poeta checo del siglo XX.


19 septiembre 2025

PASEO POR EL MORRO O DIQUE DE LEVANTE

 

Una tarde, de este verano 2025, decidí dar un largo paseo por una zona marinera que no había visitado desde hacía bastante tiempo. Para este objetivo tomé el autobús número 14, que tiene un recorrido urbano desde la zona universitaria de Teatinos hasta el paseo de la Farola, en el barrio de la Malagueta. Efectivamente, la última parada en la que bajé del vehículo está situada a muy escasos metros de este gran monumento simbólico, para la postal emblemática de Málaga: una esbelta, blanca y señorial FAROLA, inaugurada el 30 de mayo de 1817, cuando reinaba en España Fernando VII, construida durante cuatro años bajo la dirección del ingeniero coruñés Joaquín Mª Pery y Guzmán. Su misión era ayudar a orientarse a los pescadores que trabajaban y se acercaban con sus jábegas a la bahía malacitana. La altura sobre el nivel del mar, con su linterna focal, es de 38 metros.


Desde este punto, en el que confluyen el puerto, al sur, junto a la concurrida playa de la Malagueta al este, comienza un gran espigón o el morro de levante, que se adentra con osada fortaleza en el mar. A la derecha del espigón hay un amplio y largo paseo, para viandantes y vehículos, cuya longitud mide aproximadamente un kilómetro. A la izquierda de este camino ganado al mar vemos una fila de enormes bloques protectores de hormigón, de conformación geométrica cuadrangular, que están frenando el oleaje o batida continua de las aguas mediterráneas, en una imagen de singular y emocional belleza. Este largo paseo concluye en una gran construcción de servicio dedicada a la ESTACIÓN MARITIMA del puerto malagueño, en donde recalan la mayoría de los grandes cruceros que llegan a nuestra ciudad, aprovechando la mayor profundidad de las aguas marinas en ese lugar.


El caminar por el pétreo camino del Espigón de levante tiene varios incentivos. Podemos contemplar la longitud de la arenosa playa de la Malagueta y el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, con todas las edificaciones que miran al mar, en la Málaga este, consiguiéndose una visión casi frontal. Es como si estuviésemos “navegando” en las aguas de la costa playera en la bahía malacitana. No estamos montados en ninguna embarcación, pero la visión o sensación es como si lo estuviéramos. El ejercicio físico, la grata brisa marina, la percusión del oleaje, la atmósfera ambiental salina, son elementos que enriquecen esa saludable caminata desde la gran Farola.

Cuando los cruceros anclan junto a la Estación Marítima, los viajeros turistas aprovechan para visitar y admirar gozosamente la ciudad. Unos utilizan el servicio privado de grandes autocares, que los trasladan a distintos puntos de la capital o incluso localidades cercanas. Otros realizan ese paseo a pie, descubriendo el Paseo Marítimo Ciudad de Melilla, la propia Farola, el paseo del Parque, hasta adentrarse en la mágica riqueza monumental de la ciudad. La línea 14 de la EMT puede ayudarles en el desplazamiento hacia el centro urbano de Málaga.


 

El gran camino entre la Estación Marítima y la Farola también permite observar como algunas personas, especialmente jóvenes, desafían la dificultad adentrándose hacia los grandes bloques de hormigón, que están como “amontonados” en distintas posiciones, en el lateral del paseo junto al mar. Desde esas abruptas y “peligrosas” atalayas desafían el fuerte o plácido oleaje, compartiendo el tiempo con sus parejas y amigos. Unos meriendan e incluso otros, de más edad, se ejercitan en la paciencia con la hermosa aventura de la pesca con caña, hilado y anzuelo.

Cuando al fin llegamos a la Estación Marítima, tomamos conciencia de una grave carencia que hemos sufrido en todo el recorrido, especialmente para las personas de mayor edad. No hay asiento alguno en donde tomar un descanso. Tampoco hay bancos de madera o hierro, en los alrededores de la gran Estación Marítima. Lógicamente, tenemos que realizar ese otro km. de vuelta, sin poder sentarnos. La única posibilidad es el gran muro, paralelo a los bloques de hormigón, pero su altura sólo hace factible el descanso para los viandantes más jóvenes y muy ágiles.


En las instalaciones de la Estación Marítima está prohibida la entrada, a menos que seas crucerista y muestres la tarjeta identificativa correspondiente. El operario vigilante me explicó que son órdenes que han de cumplir por razones de estricta seguridad. De hecho, tuve que dialogar con él, sin superar la línea del marco de entrada. No hubo posibilidad de conocer el interior de una instalación instalada en el suelo de Málaga. Por fortuna, esa mañana (había hecho el mismo paseo por la tarde, unos días antes) la puerta de un servicio urinario, con lavabos, estaba abierta, para poder utilizarse.

Resulta decepcionante que este espacio, al final del morro de levante, esté reservado exclusivamente para los cruceristas. Los malagueños no tenemos donde sentarnos a descansar, ni donde para poder comprar un botellín de agua u otra chuchería. Había algunas papeleras en el camino, aunque la realidad del polvo y el descuido en la limpieza exterior del edificio era evidente. Posiblemente, el interior de las instalaciones de la gran Estación estará mejor cuidado.

El caminar, por esta opción marítima del gran Morro, Espigón, Dique de Levante (todos estos nombres son válidos) es sugestiva y fascinante. Para la salud, la distracción, el estado anímico y el enriquecimiento visual.  Pero, habría que pensar un poco más en los naturales o residentes de la ciudad.


Y a partir de la Estación Marítima observamos que el gran dique de levante continúa, aunque el paso está vetado por una serie de rejas a los paseantes o visitantes. Se percibe la realización de unas grandes obras de infraestructura, pues allí está proyectado, en medio de una gran polémica, política, económica y social, la construcción de la GRAN TORRE DEL PUERTO: un hotel de gran lujo, cinco estrellas, con 144 metros de altura y casi 400 habitaciones. La altura de la torre acabada de la Catedral (renacentista y barroca) de Málaga alcanza los 87 m. La visión de Málaga, desde el mar, también el horizonte marítimo desde la ciudad puede verse, sin duda, afectado. Y el ecosistema de la fauna marina en la zona, si llegara el caso, ¿estaría condicionado por esa enorme, gigantesca, masa de cemento, acero y cristal, propiciada por intereses económicos, abiertos a toda la imaginación?





José L. Casado Toro

Septiembre 2025.

 


17 septiembre 2025

EL CAUTIVERIO DE MIGUEL DE CERVANTES EN ARGEL: MUCHOS MITOS Y POCAS REALIDADES

 

Artículo de José Manuel Lucía Megías, Catedrático de Filología Románica, Universidad Complutense de Madrid. Publicado en la revista digital The Conversation

Miguel de Cervantes fue un desconocido para sus contemporáneos, como la mayoría de los escritores de lo que conocemos como Siglo de Oro –en realidad, los siglos XVI y XVII, en los que la Monarquía Hispánica marcó el ritmo de su tiempo en la política, la economía, la ciencia y el arte–.

Cervantes no contó con un discípulo que al año siguiente de su muerte glosara de manera entusiasta su vida y su obra (como Lope de Vega y Pérez de Montalbán). Ni tampoco con un académico italiano que decidiera recordar los hechos gracias a un sobrino (como Quevedo y Pablo Antonio de Tarsia). Hubo que esperar más de un siglo después de su muerte para tener una primera biografía, la de Gregorio Mayans y Siscar al inicio de la edición inglesa del Quijote, publicada en Londres en 1738.

Y esos más de cien años que pasaron entre el fallecimiento del escritor y el relato de Mayans y Siscar, escrito sin conocer ningunos de los cientos de documentos de la época que han llegado hasta nosotros, explican muchos de los tópicos que aún hoy perduran en nuestro imaginario sobre la vida de Cervantes.

Si a esto le sumamos la visión romántica de los siglos XVIII y XIX, que ha impuesto la imagen de un Cervantes heroico y ejemplar, autor de la más grande obra literaria en lengua española, encabezada y casi limitada al Quijote, tenemos los ingredientes necesarios para aderezar el banquete de las ficciones alrededor de uno de los autores (y humanos) más complejos e interesantes del Siglo de Oro.

Y sin duda, los cinco años en que estuvo cautivo en Argel son uno de los episodios que han dado lugar a más mitos. ¿Por qué razón? Antes de adentrarnos en ellos –aprovechando el estreno de El cautivo, el último filme de Alejandro Amenábar–, es necesario conocer un poco más el Argel del siglo XVI, muy alejado de la imagen de la cárcel de alta seguridad que muchos se imaginan.

 

Un error habitual: confundir los corsarios con los piratas

Miguel de Cervantes estuvo cautivo (es decir, raptado hasta que se pagara su rescate) en Argel un lustro. Con 28 años se embarcó en Nápoles, en septiembre de 1575, y días después de hacerlo su nave fue capturada por corsarios argelinos delante de las costas catalanas. Como tantos otros miles y miles de cautivos por estos años, a partir de entonces su vida dependió del dinero y de su capacidad de conseguirlo.

Cuando hablamos de corsarios argelinos tenemos que olvidarnos de la imagen romántica del pirata, con su parche en un ojo, el loro en el hombro o una pata de palo, que ha terminado por triunfar gracias a las películas de Hollywood. Frente al pirata, cuya única ley es su deseo, el corso es un sistema económico cuidado hasta en sus más pequeños detalles. Los corsarios más famosos (y los que ahora nos interesan) son los argelinos.

El corso fue habitual en todo el Mediterráneo de la época –incluso en las costas cristianas–. Se basaba en el secuestro de personas por las que se pedía un rescate. En este sistema todo estaba reglamentado, desde los porcentajes de las ganancias (una parte para el rey de Argel, otra para el capitán, otras para los marineros, etc.) hasta el precio del rescate de los raptados, que pasaban a ser cautivos.

Y ese rescate marcaba su futuro: el de los más pobres (cautivos de almacén, que se ocupaban de las tareas necesarias para mantener Argel, desde ser galeotes a jardineros, albañiles o criados) y el de los “hombres graves”, por los que se pedían entre 300 y 500 escudos de oro, una pequeña fortuna para la época. Los primeros eran tratados como esclavos por sus amos; los segundos, como “objetos de lujo”, a los que había que preservar con vida, pues el rescate era la ganancia.

Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo, ambos soldados de los tercios italianos, consiguieron ser considerados “hombres graves”. Su precio fue de 500 y 300 ducados respectivamente.

Argel en el siglo XVI: una visión falsa en el tiempo

Para muchos, Argel, la ciudad en la que estuvo Cervantes con otros miles de cautivos, es lo más parecido a una cárcel de alta seguridad en el Mediterráneo.

Nada más lejos de la realidad. En el siglo XVI, Argel era una de las ciudades más cosmopolitas de todo el Mediterráneo. Su gobierno dependía de Estambul, siendo uno de los más codiciados por las cuantiosas ganancias que podían conseguir sus gobernadores.

Era asimismo una de las urbes más pobladas y, sobre todo, una de las más ricas, necesitada de productos de lujo y primera supervivencia. A su puerto no solo llegaban los barcos de los corsarios argelinos, sino también los de cientos de mercaderes de toda Europa y Estambul para ofrecer sus productos y poder hacer negocio. El dinero de los rescates terminaba siendo una fuente esencial para mantener la economía de la Europa cristiana.

¿De dónde procede esa imagen negativa, carcelaria, de sadismo de sus reyes y de atropello a los cristianos, que se ha convertido en un mito de mármol a lo largo de los siglos?

La fuente fundamental para conocer el trato recibido por los cristianos cautivos en Argel es la que conocemos como “literatura de cautivos”. En ella sobresale la obra de Antonio de Sosa, compañero del cautiverio de Miguel de Cervantes, Topografía e historia general de Argel, publicada en 1612.

La finalidad de estas historias era conmover al lector europeo para que ayudase con limosnas para la redención de los cautivos. Por ello ofrecen un relato desgarrador de sus vidas en tierras argelinas, teniendo que luchar contra dos grandes peligros: el reniego y la sodomía. Es decir, con la posibilidad de participar de la vida social otomana, en la que un esclavo podía llegar a convertirse en rey (así le sucedió a Hazán Bajá el veneciano, rey de Argel desde 1577 a 1580), y en la que las costumbres y posibilidades sexuales, en especial el amor entre hombres, podían disfrutarse a la luz del día.

Es en este contexto de movilidad social, de libertad sexual, de oportunidades económicas –siempre que uno renegara de la religión católica–, en una de las ciudades más cosmopolitas del Mediterráneo, donde hemos de situar los cinco años como cautivo de Miguel de Cervantes.

Cinco años en los que convivió con otra cultura, otra religión, otras costumbres… Y en los que demostró, una vez más, su capacidad para inventarse, para sobrevivir, para convertir sus experiencias biográficas en una particular visión del mundo, que luego supo plasmar en sus obras literarias, más allá y más acá del Quijote.

El Argel del cautiverio de Cervantes es un universo por desentrañar y por descubrir. Y lo es más allá de los brochazos míticos que se han impuesto en los últimos siglos, alentados por un mojigato siglo XIX y por una dictadura franquista de corte nacional-católica.


15 septiembre 2025

DE VIAJE POR ESPAÑA (VII)

 

PALENCIA y LEÓN 

 

En el desayuno, aunque lo programado era ir directos a León, Mari plantea la posibilidad de ir a Palencia y aprovechar la mañana para ver lo más significativo de esta capital castellana poco conocida que se encuentra a unos 90 km.

Decidimos aceptar la sugerencia y salimos de camino para en una hora estar en la capital palentina. Antes de iniciar este viaje al norte, yo había hablado con mi amigo GABY, palentino de nacimiento, el cual me había hablado de lo más interesante de su ciudad. Por otra parte, Mari la había visitado en algunas ocasiones, por lo que recordaba cosas de la misma. Así, al llegar nos indicó un buen parking que se encuentra cerca de la estación del tren. Desde allí empezamos a caminar por las calles más céntricas hasta llegar al convento de Santa Clara, bello edificio gótico con elementos renacentistas y barrocos. A continuación nos dirigimos a la Plaza Mayor, porticada como la mayoría de las plazas de las ciudades castellanas. Hacía calor por lo que decidimos hacer una parada para tomar un refrigerio (cerveza y unos ricos torreznos); cerca se encuentra el mercado en un edificio de hierro y cristal de finales del XIX. Desde allí nos dirigimos a la Catedral de San Antolín, enorme iglesia gótica (la tercera más grande de España). "La Bella Desconocida" como se conoce esta catedral, tiene una nave central de 130 m de largo y 50 de ancho en el crucero. En ella reposan los restos de San Antolín, patrón de la ciudad. Lo curioso de esta catedral es que desde fuera no representa el enorme interior; de hecho, las fachadas no son lo grandiosas que tienen otras catedrales vecinas.

A continuación nos dirigimos a la cercana iglesia de San Miguel. Iglesia con elementos románicos y góticos, en lo que destaca su esbelta torre. Una leyenda afirma que en este templo se realizó la boda del CID y Doña Jimena (no hay documentación que lo acredite, y a mí me resulta difícil de creer, pues la construcción del templo parece posterior al enlace?). De todas formas, el interior es sobrio, pero magnífico.

Ya era hora de comer, y aunque GABY me había recomendado el restaurante de un familiar, mis hambrientos acompañantes sugirieron quedarnos en una cercana tapería con muy buena pinta. Total, que allí comimos, para a continuación volver al parking.

La continuación del viaje a León la hicimos por la carretera que va por Paredes de Nava a Sahagún, para luego enlazar con la autovía que viene de Burgos.

A los lados de la carretera encontramos peregrinos que hacían el camino de Santiago. Al llegar a León nos instalamos en el piso de DAVID. Luego una ligera cena y a preparar el programa de mañana, que nos llevará a los más destacados monumentos de LEON


13 septiembre 2025

CITAS PARA REFLEXIONAR

 

“Mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia en la presidencia”.

 

Adolfo Suarez: Cebreros 1932 – Madrid 2014 ; abogado y político; Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y Doctor por la de Madrid; Doctor Honoris Causa por la Complutense de Madrid y la Católica de Valencia ; Diputado en Cortes y Presidente del Gobierno de España entre 1976 y 1981; Duque de Suarez y Grande de España.

 

Otra frase muy recordada es aquella de: Puedo prometer y prometo …, coletilla que Suarez repitió en muchas intervenciones y que fue ideada por Fernando Onega, periodista, director de prensa de la Presidencia del Gobierno y padre de la escritora y presentadora de TV, Sonsoles Onega. ¡Qué cosa mas curiosa!


UN POEMA PARA EL SÁBADO: FABIO MORÁBITO

 

Para sentirse vivo

En la naturaleza
todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están
sobre los árboles,
las hojas que se estiran
para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros
son el suelo.
Las hojas creen
que toda rama está acostada
y ciega,
los pájaros
que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree
que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato
en que se apoya
tenga una vida propia,
que no esté muerto,
extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo
hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada
que decir.



          De "De lunes todo el año" 1992

 

Fabio Morábito es un poeta, narrador y ensayista nacido en Alejandría, Egipto, en 1955. De padres italianos, vivió su infancia en Milán. A los quince años se trasladó a México, donde vive desde entonces. A pesar de ser su lengua materna el italiano, ha escrito toda su obra en español. Ha publicado fundamentalmente poesía y cuentos.
Su estilo se destaca por tener como tema recurrente lo cotidiano, lo explora de una manera original para permitir al lector nuevas formas.  

Entre sus libros de poemas podemos señalar Lotes baldíos (Premio Carlos Pellicer, 1985), De lunes todo el año (Premio Aguascalientes, 1992), Alguien de lava (2002), Delante de un prado una vaca (2011), A cada cual su cielo (2021) o Canción segunda ( 2024)

También se han publicado antologías de su obra como Un náufrago jamás se seca (2014) o Ventanas encendidas. Antología poética (2012).


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